La metodología agile en formación de empresa

La metodología agile en formación de empresa se ha convertido en una práctica consolidada en los últimos tiempos. Este tipo de organización supone un antes y un después en el modo en que trabajamos. Te damos algunos consejos para comenzar a implementarla en tu negocio.

La metodología agile en formación de empresa
La metodología agile en la formación de las empresas.

Consejos para implementar la metodología agile en la formación

Modificar nuestras prácticas de trabajo para adaptarlas al mercado actual es algo necesario si queremos ser competitivos. Pero ponerse en marcha no es sencillo, sobre todo si pertenecemos a una gran organización; sin embargo, podemos ayudarnos con la tecnología y hacer unos pequeños cambios para preparar y motivar a la plantilla.

1. El papel del líder

El líder debe ser el primero en mantener una actitud abierta al aprendizaje, actualizarse continuamente y trasmitir esta necesidad activamente a sus trabajadores. Es importante que fomente un entorno de trabajo en el que se muestre abierto al diálogo y anime a la participación de toda la plantilla. Y esto se aplica tanto a la hora de explicar los cambios que se van a producir en las rutinas como a la hora de ejecutarlos.

Pero, ¿cómo lograrlo con éxito? Existen varias maneras. Por ejemplo, se puede prescindir de las estructuras originales que fueran verticales y muy rígidas, establecer dinámicas cercanas de trabajo y de equipo, etc. También es necesaria una concienciación por parte del jefe de que el esquema laboral cada vez es menos piramidal. Esto no significa que tenga menos control o responsabilidad en el negocio, sino que los subalternos pueden aportar ideas, con el fin de mejorar estos aspectos.

2. Reuniones de formación

Para introducir la metodología agile es vital ofrecer novedades en el aprendizaje que se deben incluir en el negocio para no quedarse obsoletos. Y esto va para todos, tanto trabajadores como jefes, quienes deberían contar con profesionales que tengan experiencia demostrada en este tipo de entornos. La formación en coaching también es un plus a la hora de contratar a formadores, ya que dominan las técnicas psicológicas necesarias para introducir los cambios de una manera menos estresante.

Al final, el objetivo es que la implementación sea más sólida y exitosa, ya que con estos pasos se reducen bastante los errores de principiantes. Además, los jefes pueden mantener el control y la gestión de los procedimientos, además de conocer cómo afectarán a los procesos. Por otra parte, el negocio no tiene por qué verse afectado por los cambios internos, así como tampoco la facturación o los beneficios de ese periodo.

3. Aprendizaje en el salario

El aprendizaje en el salario hace referencia al hecho de remunerar a los empleados por aprender y aplicar lo aprendido. En muchas ocasiones, la formación es vista por la plantilla como una pérdida de tiempo. La conciben así porque creen que no lo necesitan en su día a día o por su resistencia natural a cambiar la rutina.

Esta resistencia al cambio puede ser un gran problema para implementar la metodología agile; por eso, es buena idea incentivar al empleado. Y la remuneración es una manera muy interesante de hacerlo. La plantilla se sentirá más motivada para abandonar su zona de confort y empezar a hacer las cosas de diferente manera.

Como puedes ver, las empresas deben comenzar a implantar la cultura corporativa de aprendizaje continuo de sus equipos. La metodología agile parte de esta premisa para que los negocios hagan las cosas de diferente manera, de una forma adaptada a los nuevos tiempos. Es necesario incluir este método en el centro de su visión estratégica a largo plazo, con el objetivo de asegurar la adaptación continua y, con ello, un futuro prometedor para la empresa.

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